Las nuevas tecnologías siguen avanzando para ofrecer cada día suelos laminados más perfectos para aportar soluciones eficientes a los proyectos más imaginativos.
Los suelos laminados están compuestos por varias capas, fabricadas con materiales sintéticos para conseguir que tengan unas características especiales, como son su gran dureza frente a la madera natural, y su gran resistencia frente al desgaste y a las ralladuras o arañazos.
La fabricación de los suelos laminados suele constar de entre 4 y 5 capas dependiendo del fabricante y la marca. Por ejemplo:
- Una capa inferior que funciona como refuerzo frente a la humedad y mantiene el equilibrio de las lamas.
- Un tablero o panel prensado compuesto de fibras o astillas de madera de alta densidad, lo que les hace que sean resistentes y sólidos.
- Una impresión fotográfica con la imagen elegida que pueden ser desde un color concreto, una serie de patrones, una fotografía imitando cualquier material como, madera, mármol, hormigón, corcho… y todo tipo de diseños, muchos de ellos hoy en día se pueden hacer totalmente personalizados.
- Una capa superior de protección transparente para protegerla del desgaste que suele estar formada por varias capas prensadas de melanina.
Dureza y resistencia de los suelos laminados.
La dureza y resistencia del suelo laminado a las rozaduras se indica a través de una clasificación. Para ello se someten a la llamada prueba Taber. Esta prueba consiste en un «test de abrasión«, en el que se lija el suelo a través de unos rodillos, hasta que la capa superficial se desgasta. La norma EN 13329 determinará su clasificación, dependiendo de las vueltas que los rodillos hayan necesitado dar hasta el desgaste del suelo.
La norma EN 13329 establece los siguientes niveles de desgaste del suelo laminado:
- AC-1. Más de 900 vueltas.
- AC-2. Más de 1.800 vueltas.
- AC-3. Gama baja con más de 2.500 vueltas.
- AC-4. Gama media con más de 4.000 vueltas.
- AC-5. Gama superior con más de 6.500 vueltas.
Además de la clasificación de resistencia y dureza, también se tiene en cuenta la calidad del suelo. Esta viene determinada por otra norma según el uso que se le vaya a dar, distinguiéndose en dos tipos, el uso doméstico y el suelo laminado de uso comercial.
Uso de suelos laminados doméstico exclusivo:
- Clase 21. Uso doméstico moderado.
- Clase 22 – Uso doméstico general.
- Clase 23 – Uso doméstico intenso.
Uso de suelos laminados doméstico, intensivo o comercial:
- Clase 31. Comercial y doméstico moderado.
- Clase 32. Comercial normal.
- Clase 33. Comercial intensivo.
- Clase 34. Industrial moderado e intensivo.
Todos los de uso comercial sirven perfectamente para uso doméstico, sobre todo si es para uso intenso.
Durabilidad y confort de los suelos laminados.
Los suelos laminados, además de tener la gran ventaja de su gran durabilidad respecto a otro tipo de suelos de madera, o vinílicos, son más económicos y no se degradan, decoloran por los rayos UV y tampoco destiñen.
La belleza de este tipo de suelos y el confort que consiguen aún siendo sintéticos, lo convierte en una opción perfecta para todo tipo de entornos y proyectos. Su fácil instalación flotante se puede colocar sobre obra nueva o sobre un suelo ya existente, ya sea de madera, cerámica, cemento, linóleo, granito, etc.
Uno de los inconvenientes de los suelos laminados, son las fugas de agua o inundaciones por rotura de alguna instalación o conducto de agua, lo que ocasionaría daños si no se subsana inmediatamente.
Las nuevas tecnologías siguen avanzando para ofrecer cada día productos más perfectos, bellos y que aporten soluciones como el que acabamos de relatar, por ejemplo, mejorar la resistencia a la humedad en este tipo de suelos.
Hoy en día ya son muchas las empresas que están utilizando en la fabricación de los suelos laminados, resinas con propiedades hidrófugas para repeler la humedad y que no penetre en las lamas.
Imágenes: Bariperfil y Tarkett proveedores de Gescom en la gama de productos de suelos laminados.