Dentro de las últimas tendencias en decoración de interiores, el estilo Wabi-sabi aporta, además de una estética basada en valorar los pequeños detalles y la imperfección natural de las cosas, una filosofía de vida que nos puede ayudar a reconectar con la calma y el bienestar.
El término Wabi-sabi procede de la corriente filosófica taoísta durante la próspera dinastía Song, que gobernó en China entre los años 960 y 1279 y que se extendió al budismo zen. En Japón, este mismo término Wabi-sabi proviene de dos palabras japonesas, «Wabi«, que originalmente se refería a la soledad y la simplicidad, y «Sabi«, que denotaba la belleza que viene con la edad y la imperfección.
Para la cultura japonesa, definir este concepto es imposible, ya que tiene muchas interpretaciones, algunas de ellas espirituales.
Aunque estas palabras evolucionaron con el tiempo, el concepto de Wabi-sabi se arraigó en las prácticas del té japonés durante el siglo XV. Los maestros de té valoraban la rusticidad y la asimetría en sus utensilios, reconociendo que la verdadera belleza reside en lo imperfecto y lo incompleto.
El estilo Wabi-sabi en la decoración de interiores.
Además de estilo, esta filosofía Wabi-sabi, encuentra su expresión más profunda en la decoración de interiores, donde cada grieta, marca y desgaste, cuenta una historia única y añade una profundidad incomparable a los espacios que habitamos.
Algunas de las características principales de este estilo radica en la belleza de la imperfección y transitoriedad de los elementos y como sacarle partido. Por ejemplo:
- Sencillez. El Wabi-sabi, aboga por la simplicidad en todas las cosas. Se aleja del exceso y la ostentación, optando, en cambio, por la sencillez y la mesura en la forma y la función.
- Naturalidad. La belleza del wabi-sabi se encuentra en lo natural y lo orgánico. Se valora la madera envejecida, la piedra gastada por el tiempo, el barro o las imperfecciones de la cerámica hecha a mano.
- Asimetría. A diferencia de la simetría perfecta, el wabi-sabi, abraza la irregularidad y la asimetría. Se encuentra belleza en las formas desiguales y los patrones no uniformes, pero todo ello utilizado de manera armónica y equilibrada. Fomenta el uso de objetos hechos a mano y únicos. Estos elementos añaden un toque de individualidad y personalidad a los espacios, y también promueven un mayor aprecio por el trabajo artesanal y la artesanía tradicional.
- Aceptación de lo efímero. El wabi-sabi reconoce la naturaleza fugaz de todas las cosas. Se celebra la belleza en todas las etapas de la vida, sobre todo la que surge con el paso del tiempo y la inevitable decadencia. Al abrazar la simplicidad, la naturalidad y la aceptación de lo transitorio, podemos cultivar un sentido de paz y gratitud en nuestro entorno y en nosotros mismos.
Aplicaciones del Wabi-sabi en el diseño de espacios interiores.
Con la aplicación del estilo Wabi-sabi se logra que los espacios transmitan armonía y cierta quietud, que invita a vivirlos de manera relajada. Las plantas, los tejidos naturales, la madera y los colores tenues forman parte de la decoración de estos interiores.
¿Qué participa en el estilo Wabi-sabi?
- Los materiales naturales y texturas orgánicas. El Wabi-sabi opta por materiales como el suelo de madera natural y objetos de madera sin tratar, la cerámica artesanal, la piedra sin pulir, el lino y el algodón orgánico, entre otros. Estos materiales añaden textura y calidez al espacio, resaltando la belleza de lo natural y abogando por la simplicidad en todas las cosas. Se aleja del exceso y la ostentación, optando, en cambio, por la sencillez de las formas y su función.
- El mobiliario simple y funcional. En lugar de optar por muebles elaborados y ornamentados, la decoración Wabi-sabi favorece piezas simples y funcionales. Los muebles de líneas limpias y diseño minimalista crean un ambiente sereno y despejado, permitiendo que los materiales y las texturas naturales sean los protagonistas.
- Los objetos hechos a mano y únicos. Incorporar objetos hechos a mano y con historia propia es otra forma de expresar el espíritu de Wabi-sabi en la decoración de interiores. Desde cerámicas artesanales hasta textiles tejidos a mano, estos elementos agregan un toque de individualidad y autenticidad a los espacios.
- Las imperfecciones como elementos decorativos. Las imperfecciones no se ocultan, al contrario. En la estética Wabi-sabi se valoran como parte integral del diseño. Grietas en la cerámica, marcas en la madera y manchas en el tejido son apreciadas por la historia que cuentan y la belleza que añaden al espacio.
- La decoración con plantas y elementos naturales. La presencia de la naturaleza es fundamental en la filosofía Wabi-sabi. Incorporar plantas vivas, ramas secas, piedras y otros elementos naturales en la decoración de interiores ayuda a crear un ambiente de calma y conexión con el entorno. La práctica japonesa del ikebana, o arreglo floral, es una expresión perfecta del wabi-sabi. Se busca crear arreglos simples, pero elegantes, que resalten la belleza de las flores en su estado natural, sin pretensiones ni adornos innecesarios.
- La iluminación suave. La iluminación desempeña un papel crucial en la creación de atmósferas Wabi-sabi. La luz natural es esencial durante el día. Para iluminar los espacios por la noche o aquellos que no pueden disfrutar de la luz natural, se utilizan fuentes de luz suaves y difusas que crean un ambiente cálido y acogedor, resaltando la belleza de los materiales naturales y las texturas orgánicas.
- Los espacios que invitan a la reflexión y la contemplación. Los espacios diseñados según los principios de Wabi-sabi suelen tener una sensación de calma y serenidad que invita a la reflexión y la contemplación. Unos muebles con tapicería ecológica son ideales para fomentar la creación de rincones acogedores y áreas de descanso donde se pueda disfrutar del silencio y la tranquilidad, sabiendo que además estamos contribuyendo a la sostenibilidad.
Al incorporar estas aplicaciones de Wabi-sabi en la decoración de interiores, podemos crear espacios que no solo sean visualmente atractivos, sino también significativos y enriquecedores para el alma. La belleza de lo imperfecto y lo efímero nos recuerda la naturaleza cambiante de la vida y nos invita a encontrar la armonía en la simplicidad y la autenticidad.